lunes, 30 de diciembre de 2013

Por fin acabas, 2013. Por fin… Ha sido un año horrible, del cual sólo se salvan un par de detalles buenos. Este año ha sido el estallido de toda la mierda acumulada en mi cabeza mezclada con malas decisiones y muchas dudas, y duele, porque todo esto no sólo me ha afectado a mí misma, sino a personas a las que quiero.

El principio de año fue de lo poco que ha podido merecer la pena, porque conocí a personas geniales, personas que me han aportado mucho y que me han ayudado más aún, pero a los pocos meses todo empezó a torcerse, y lo que parecía que era mi “vuelta a lo que era años atrás” se convirtió en un gran socavón en el suelo que me comí enterito. Y todo por mi culpa. Lo peor de ello fue arrastrar a otras personas. Me jodía en ese momento y me sigue jodiendo aún.  

Se mezclaron demasiadas cosas…falta de personas, aparición de otras, frases mal dichas y mal interpretadas, detalles horribles, malas decisiones… las dudas empezaron a llegar poco a poco, como de incógnito, y de pronto un día todo me golpeó en la cara para saludarme y hacer acto de presencia. Empecé a ser fría con la gente cercana, a despreocuparme de todo aunque lo tuviese constantemente en la cabeza, a pensar en los problemas y sus soluciones pero no aplicar el remedio correspondiente. Siempre he tenido una personalidad débil, nunca lo he olvidado, pero este año es cuando más cuenta de ello me he dado. Han tenido que guiarme, llevarme en brazos y hacer las cosas por mí a cada instante, y como pasa con todo, el vaso se colmó.

Dicen que con la cabeza fría se piensan mejor las cosas y es más fácil llegar a la verdad. Con un par de días sin pensar he tenido suficiente para enfriarla, y he llegado a las conclusiones que en el fondo conocía pero que no quería aceptar, supongo que por la nimia esperanza de que un día todo se deshiciese y volviese a estar como era antes de este año…  Abusé de lo que tenía, y pensaba que era tan eterno e irrompible que no lo cuidé todo lo que debía, y como era evidente, se rompió. Tenía tan asumido que sería como siempre habíamos prometido que no se me pasó por la cabeza que todo tiene un límite, incluido esto, y llegué a él. He dicho demasiadas idioteces, he hecho afirmaciones sin fundamento, he olvidado el pasado y simplemente he pensado en mí, en que estaba mal y en que no merecía eso. Pero como siempre digo, soy idiota. Mucho. Y nada de lo que digo tiene peso alguno. Supongo que he “asumido” que ha llegado el momento de cambiar el rumbo o de continuar el mismo camino con otros zapatos. Simplemente quiero pedir perdón por todas esas estupideces dichas, aunque ya no sirva de nada.

Espero que este año acabe con muchos de los problemas que yo misma me he creado, y que los que no dependen de mi mejoren, aunque sea levemente. Espero que tengáis un 2014 infinitamente mejor que este año pasado, al igual que espero tenerlo yo. No voy a mencionar a las personas a las que tengo algo que agradecer, ellos ya saben quién son y que si no fuese por ellos, hoy no estaría aquí, sentada en esta silla escribiendo toda esta parrafada sin lógica. Gracias por aguantarme, ya sean estas semanas, estos meses o estos años. Gracias por hacerme reír, gracias por apoyarme y gracias por haberme dejado compartir vuestro preciado tiempo. Sin vosotros no sería lo que soy hoy por hoy, sea lo que quiera que sea.


Nos vemos en 2014. Un abrazo enorme, putes.

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